Don Miguel León Prado fue párroco de San Miguel por muchos años; era un verdadero patriarca en nuestra Comuna, no solamente se dedicaba a su acción evangelizadora, sino que también impulsaba toda obra que él consideraba importante para su desarrollo y progreso. Fue así como al comprender que era necesario que su Comuna tuviera un Colegio Cristiano de Enseñanza Primaria y Secundaria (hoy Básica y Media), propuso al Arzobispado de Santiago la fundación de uno que tuviera las características ya señaladas.
Don Miguel León Prado llevado por el interés en la realización de esta obra hizo donación de su casa familiar, para que en ella funcionara este primer Centro Docente importante que tuvo San Miguel.
En homenaje a este prestigioso sacerdote párroco de San Miguel y luego Obispo de Linares se le dio su nombre a nuestro Colegio.
Empezó a funcionar el 1º de Abril de 1936. El arzobispo de Santiago nombró como su primer Rector al Presbítero don Alejandro Menchaca Lira, el cual se desempeña como Profesor del Seminario Pontificio de Santiago. Empezó funcionando con el ciclo completo de Enseñanza Primaria y Primer año de Humanidades. La capacidad de vocación pedagógica de su Rector y Cuerpo de profesores le dio prestigio al nuevo Colegio, aumentando su alumnado lo que hizo necesaria la creación de los siguientes cursos de Humanidades hasta llegar al Quinto Año.
En 1940 el señor Menchaca Lira fue nombrado para otro cargo importante en el Seminario; posteriormente fue designado obispo de la Diócesis de Temuco, nombrándose como Rector del Instituto al sacerdote don Alberto Román Guerrero. Ejerció este cargo hasta Diciembre de 1948.
Su eminencia el Arzobispo y Cardenal de Santiago Monseñor José María Caro, conociendo la gran labor educacional que desarrollaba la Compañía de María en los Colegios de ciudades importantes de diversos países, en uno de sus viajes a Roma, se puso en contacto con las autoridades superiores de la Compañía de María, logrando que religiosos Marianistas vinieran a desempeñar su acción educacional a nuestro país, entregándoles nuestro Colegio.
En febrero de 1949, llegaban a San Miguel los primeros Religiosos Marianistas, viniendo entre ellos dos Profesores muy estimados por todos nosotros, don Marcelino Juez García y don Claudio Ortiz de Landaluce.
En Marzo de 1949 empezaba sus actividades el Miguel León Prado, dirigido por la Congregación Marianista, contando con el ciclo completo de Enseñanza primaria y los Primeros años de Enseñanza Secundaria.
Al poco tiempo de haberse hecho cargo del Instituto la Congregación Marianista, la comunidad de San Miguel conoció la capacidad, espíritu de trabajo, dedicación e interés por la formación integral de sus alumnos, demostrada por los Marianistas lo que influyó en la gran demanda de matrícula que cada año tenía el Colegio. Se completó así el Ciclo Secundario y fue necesario crear cursos paralelos en todos los grados.
El colegio creció rápidamente logrando un gran prestigio no solamente en la Comuna sino que en todo Santiago. Éste no se debía solamente a su formación académica, sino a la formación moral y espiritual que daba a sus alumnos incluyendo importantes actividades artísticas y deportivas.
En la importancia y prestigio de nuestro Colegio, la Congregación Marianista ha contado con el trabajo eficiente de un selecto grupo de Profesores Civiles quienes se han identificado con el espíritu Marianista en su obra educativa; también con la eficaz y constante cooperación del Centro de Padres y Apoderados del Colegio y la leal cooperación del Centro de Alumnos. No puedo dejar de destacar el cariño de muchos ex-alumnos y ex-apoderados del Colegio que siguen aportando su cooperación en muchas actividades importantes.
A nivel material era necesario adecuar el Colegio a su desarrollo e importancia. Desde que la Congregación Marianista se hizo cargo de él, se iniciaron trabajos de reparación, ampliación, transformación de la antigua casa familiar donada por don Miguel León Prado; luego se construyó el estadio, la cancha de Hockey, el nuevo edificio con salas de clases funcionales, laboratorios, salón auditorio, gimnasio, etc.
Toda esta nueva infraestructura ha permitido que se puedan realizar en muy buena forma las actividades académicas y extra programáticas.
La actual Comunidad Escolar formada por su Dirección, Cuerpo de Profesores, Asistentes de la Educación, Alumnos, Centro de Padres y Apoderados, incluyendo también a sus ex-alumnos y ex-apoderados sabrá mantener y acrecentar el prestigio e importancia del querido IMLP.
Este documento rescatado de los archivos del colegio pertenece a don Gerardo Flores G. profesor de Historia y lo publicamos como un homenaje, agradeciendo su vocación de educador marianista.
Nació en Santiago el 25 de diciembre de 1854. Sus padres Raimundo, Juana y trece hermanos. Desde la infancia deseó servir a Dios en el estado eclesiástico. De 25 años, 22 de septiembre de 1877, ordenado sacerdote por el arzobispo Rafael Valentín Valdivieso. Párroco (26 de octubre de 1881 a mayo de 1913) de San Miguel Arcángel, fundada en septiembre de 1881, que se extendía desde el Zanjón de la Aguada hasta San Bernardo. Allí dejó lo mejor de su juventud, llevando progreso, cultura, urbanización, evangelio y catequesis. “Fue un gran corazón que supo conquistar el afecto profundo del pueblo con su bondad inagotable”. Esto, unido a su afamada santidad sólo despertaba en sus feligreses sentimientos de simpatía y devoción, lo expresaban llamándolo “don Miguelito”.
El 12 de junio de 1913, nombrado Administrador Apostólico de Talca, donde se dedicó a la enseñanza cristiana de la juventud, quedando como testigo el Liceo Blanco Encalada. Para el desarrollo social trajo a las religiosas Siervas de Jesús, cuya misión era atender esmeradamente a los enfermos. También estableció las Sociedades de Obreros San José y de la Unión Nacional.
Luego de haber creado la diócesis de Linares, el 14 de diciembre de 1925, el Papa Pío XI, lo nombró su primer obispo. Escogió como lema de su escudo episcopal, el grito del Arcángel San miguel, su Patrono: “!Quién como Dios!”, en señal de fidelidad y su misión absoluta a Jesucristo y al Papa.
Se convirtió en obispo el 27 de diciembre de 1925. Consagrado en la Catedral de Santiago por Benedetto Aloísi Masella, Nuncio Apostólico.
León Prado tomó posesión de la Sede Espiscopal el 25 de abril de 1926 y gobernó la diócesis hasta su muerte. En esos años, a pesar de su avanzada edad, visitó frecuentemente las parroquias, creó la Parroquia San Miguel Arcángel de Colbún (1930) y Nuestra Señora del Carmen en Nirivilo (1933). Trabajó incesantemente por formar asociaciones sociales y piadosas, dándole principal importancia a la organización de Acción Católica.
Su gran angustia fue la escasez de recursos económicos, situación agravada con la destrucción de la antigua Iglesia de Linares y otras edificaciones a causa del terremoto de 1928. Sin embargo, el 1º de mayo de 1932 bendijo la primera piedra de la nueva Catedral, encomendándole la obra al arquitecto Víctor Veglia. Falleció el 3 de marzo de 1934, en Linares.
Sus restos reposan en la Cripta de la Iglesia Catedral.