Jueves 20 de Agosto, 2020

Carta a las comunidades educativas del país en tiempos de emergencia sanitaria

 


El obispo Héctor Vargas Bastidas, presidente del área Educación de la Conferencia Episcopal de Chile, ha enviado un mensaje a las comunidades educativas del país, a propósito de la compleja situación que enfrentan como consecuencia de la pandemia del Covid-19.

Ante los desafíos de la educación en Chile en tiempos de emergencia sanitaria:

“Enseña al niño el buen camino, y aun cuando sea viejo no se apartará de él”. Proverbios 22, 6.

1. A todos los integrantes de las comunidades educativas, les saludamos en la Paz del Señor, deseando que - para estos tiempos complejos, de sufrimientos y de incertidumbre - podamos mantener viva la llama de la Fe, la esperanza y la caridad; con el cultivo de una vida espiritual y familiar que nos sostenga en la prueba.

2. Ante la emergencia sanitaria por causa de la pandemia de COVID-19 - que ha significado nuevas modalidades de enseñanza en todo el sistema educativo nacional - deseamos reafirmar nuestro compromiso con cada uno de ustedes y animarlos a perseverar en el servicio que, de modo admirable y sacrificado, continúan realizando día a día en favor de nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Por ello, deseamos compartirles una reflexión sobre los desafíos a corto y mediano plazo que esta situación demanda.

3. Nuestros estudiantes y sus familias están atravesando una situación extremadamente compleja debido al hacinamiento, ambientes de vulnerabilidad, carencias económicas, de conectividad y falta de oportunidades para su desarrollo normal. En este sentido, debemos preguntamos por aquellas habilidades que necesitan desarrollar para enfrentar una crisis como esta.

4. Como creaturas abiertas a la trascendencia, se hacen necesarias orientaciones para su cuidado y apoyo emocional en este período de confinamiento, trabajando en su autoaprendizaje. Invitamos a potenciar la automotivación, autogestión y autocontrol; tarea de enorme envergadura y dificultad, pero esencial para su resiliencia y perseverancia. Nuestras comunidades están sufriendo por la pérdida de vidas de sus integrantes y familiares. Debemos delinear cómo apoyarlos, entregándoles habilidades para la vida, sus desafíos, dolores y esperanzas: resistencia a la frustración, descubrir el valor de la solidaridad respecto de quienes sufren aún más, y la oportunidad de compartir aprendizajes en red. La formación del carácter, desde estos valores, es clave para el desarrollo de la personalidad, responsabilidad, esfuerzo y sacrificio para conseguir metas.

5. Tenemos como tarea seguir adaptando los modelos formativos a un escenario de educación no presencial, al igual que atender a cómo están afrontando los docentes el trabajo desde sus hogares. Avanzar hacia una incorporación real de lo virtual pasa por atender las inequidades de nuestra sociedad, porque no todos los habitantes de nuestro país tienen acceso a las mismas oportunidades.

6. El sistema educacional en su conjunto durante estos meses ha hecho un gran esfuerzo en buscar respuestas ante la emergencia. Corresponde ahora, discutir sobre visiones educativas, cultura escolar y metodología de la enseñanza, con una nueva visión paradigmática. Nuestros docentes deben contar con el apoyo de sus comunidades para utilizar fórmulas híbridas en competencias tecnológicas, desarrollo de material instruccional y perfeccionamiento en didáctica y evaluación.

En el caso de la educación técnico profesional, en sus diferentes niveles, demanda un regreso tan pronto como sea posible a la semi presencialidad, ya que son estos estudiantes los que en la práctica diaria verifican los aprendizajes y competencias específicas propias de su trabajo.

7. La sociedad civil ha redescubierto y valorizado el rol que desempeñan nuestras instituciones educativas más allá de la formación académica, apreciándolas como lugar en encuentro y socialización. Además, son espacios para el cuidado, protección y atención de necesidades básicas de salud, alimentación, acogida, contención, apoyo afectivo y emocional; debido a que gran parte de sus destinatarios, por diversos temas de vulnerabilidad personal, familiar y social, no encuentra en su medio natural respuestas en este sentido. Por ello, ante la imposibilidad de muchas familias de acceder a formación vía remota, nos preocupa el deterioro de los aprendizajes, lo que ha provocado el debilitamiento de los vínculos de las comunidades educativas en torno al significado de la educación.

Hacemos un llamado entonces, a recomponer y fortalecer los lazos entre todos los miembros de las comunidades educativas, creando una nueva relacionalidad, a partir de la misión común que comparten en la formación integral de los estudiantes, cuidando sus escuelas, fortaleciendo la fraternidad y la colaboración.

8. Los jardines infantiles, escuelas, liceos, centros de formación técnica y universidades deben continuar como lugares para crecer y desarrollarse integralmente, teniendo modelos de personas con quienes identificarse e instancias para desarrollar la esperanza y construir futuro. La gran lección de este período es reavivar la importancia de colaborarnos entre todos, para así obtener los mejores aprendizajes de nuestros estudiantes.

9. Posterior a la emergencia sanitaria, será transcendental transitar hacia sistemas educativos más flexibles y menos centralizados en la evaluación, duración del calendario escolar y currículum aplicable.

10. Finalmente, preservando el espíritu solidario característico de la educación en Chile, animamos a que las instituciones que tienen posibilidades, apadrinen a aquellas más afectadas. Independientemente de lo que pueda hacer cada entidad, el desafío es que toda comunidad educativa sea capaz de organizarse para ir en ayuda y apoyo de sus integrantes más afectados, o a las del lugar en el que se encuentra, fortaleciendo el vínculo con las familias.

Desde ya, de acuerdo con nuestras posibilidades, ponemos a disposición la ayuda de todos quienes conforman el Área de Educación, estableciendo redes de apoyo.

11. Bajo la Divina Misericordia del Señor, nos ponemos en manos de María. Que Ella en estos momentos sea Auxilio para los cristianos. Que el Señor les bendiga, les regale su fortaleza y sabiduría. Con afecto de padre y pastor, les doy mi bendición.

+ Héctor Vargas B., sdb

Obispo de San José de Temuco

Presidente Área Educación

 

Fuente: Iglesia.cl





 

 

 

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